Gracias a los medios técnicos, cada uno puede ser su propio creador de sus propios relatos. Una muestra es la hiperexposición que realizamos en las redes sociales, de nuestro entorno y de nuestro cuerpo. Los hombres de los años 80 tienen como referencias diferentes cuerpos como objeto de deseo y como objeto de referencia. El acto de autofotografiarse frente a un espejo implica un bucle perceptivo, donde espectador, creador y herramientas de representación están implícitas dentro de la misma obra.
En la obra esta implícito el narcisismo de quien se fotografía, pero también están diferentes filias, de quien mira, de dejarse ver, vouyerismos e exivicionismos esta presentes.
Al apropiarme de la imagen y reinterpretarla en pintura, se le da otro estatus, otro nivel. Pueden ser contempladas y coleccionadas, entrando en acción distintas emociones humanas.
Prensa:
Diario de Pontevedra